Ucrania, una de las naciones más pobres de Europa, se está convirtiendo rápidamente en el lugar al que deben ir las personas desesperadas por encontrar un sustituto para tener a su bebé. El dinero en oferta atrae a muchas mujeres jóvenes, pero existe el temor de que puedan ser explotadas.
Ana * tenía 18 años cuando descubrió la subrogación de un informe de noticias de televisión.
Acababa de terminar la escuela secundaria y tenía planes de trabajar en un hotel en su pequeña ciudad occidental de Ucrania, donde los turistas ven a ver un castillo medieval.
Ese trabajo paga $ 200 por mes, pero por llevar el bebé de otra persona, se enteró que podría ganar hasta $ 20,000 (£ 14,000).
La familia de Ana no es pobre según los estándares locales. Su madre es contadora y siempre la ha apoyado.
Pero ella dice que se sintió atraída por la maternidad de alquiler sustituto porque "quería tener algo más", para poder pagar "cosas costosas": renovaciones de casas, un automóvil, electrodomésticos.
Ana agita nerviosamente su café con leche mientras habla. Aunque cientos de mujeres lo están haciendo, la maternidad subrogada todavía no se habla abiertamente en Ucrania.
Las parejas extranjeras han venido a este rincón de Europa en masa desde 2015, cuando los puntos de acceso de subrogación en Asia comenzaron a cerrar sus industrias una a una, en medio de informes de explotación. Expulsados de India, Nepal y Tailandia, recurrieron a Ucrania, uno de los pocos lugares donde aún se puede organizar la subrogación a una fracción de lo que cuesta en los Estados Unidos.
"Tenemos tantas parejas sin hijos que vienen a nuestro país, es como una cinta transportadora", dice Ana, quien pidió que se proteja su identidad.
Cuando tenía 21 años y después de algunos años de trabajo en un hotel, Ana finalmente decidió convertirse en una sustituta. Para entonces ya tenía una hija y se dio cuenta de que era elegible. Conforme a la ley de Ucrania, un sustituto debe tener un hijo propio antes de portar el de otra persona. Si tiene su propio hijo, es menos probable que se apegue al que debe regalar, dicen los que reclutan a las mujeres.
Un largo viaje
Ana comenzó a rastrear los sitios web donde sustitutos, agentes, clínicas e intermediarios clasificados publican avisos.
Pronto se encontraba a 450 km (280 millas) de distancia, en la capital Kiev, para controles de salud. Ella firmó un contrato con una pareja de Eslovenia que no puede tener su propio hijo. Ana tuvo suerte: un embrión implantado en su útero la primera vez que se sometió al proceso de transferencia de impuestos.
Pero fue entonces cuando comenzaron las dificultades. Ella dice que la calidad de la atención brindada por la clínica disminuyó rápidamente. Algunos sustitutos tenían problemas de salud que no fueron diagnosticados correctamente o tratados a tiempo, lo que provocó complicaciones, dice ella.
Publicó sus denuncias en línea para advertir a otras mujeres, pero la clínica la reprendió y sigue demasiado nerviosa para mencionarlas públicamente.
El bebé que ella dio a luz nació sano, pero la experiencia dejó a Ana recelosa. Aún así, ahora ha aceptado ser una sustituta de nuevo, esta vez para una pareja japonesa. Están manejando cosas a través de un abogado en Kiev y es probable que nunca los encuentre en persona.
Ana ha sido más prudente en su elección de clínica esta vez, pero si todo sale según lo previsto, a la edad de 24 años habrá dado a luz a tres hijos, uno propio y dos para otra persona.
La capital de Europa de la maternidad subrogada
La demanda de maternidad subrogada en Ucrania "ha aumentado probablemente en un 1000% solo en los últimos dos años", dice Sam Everingham de Families Through Surrogacy, una organización benéfica con sede en Sídney que asesora a padres potenciales.
El país, agrega, "se ha encontrado casi accidentalmente como uno de los pocos estados nacionales" que permiten el turismo de subrogación.
Aparte del simple hecho de que es legal, las leyes liberales de Ucrania atraen a las personas. Reconoce a los "padres intelectuales" como los padres biológicos desde el momento de la concepción y no establece ningún límite sobre cuánto se puede pagar un sustituto, creando esencialmente un mercado abierto donde las mujeres pueden exigir el precio elegido.
Pero eso no significa que sea sencillo. Dependiendo de dónde vienes, el proceso de sacar al bebé de Ucrania puede ser una pesadilla burocrática, con parejas de algunos países, incluido el Reino Unido, que necesitan permanecer allí durante muchos meses.
Si bien muchas clínicas en Ucrania parecen estar operando de manera transparente y tratando bien a las mujeres, los expertos y sustitutos de la industria susurrarán sobre aquellos con mala reputación. Hay historias no verificadas de embriones intercambiados en secreto, exámenes de salud deficientes y operadores que se enfrentan a demasiados clientes para poder ofrecer el nivel de atención adecuado.
"Hemos visto ejemplos en los que las agencias ucranianas se han negado a pagarle a la madre sustituta si no cumple con los estrictos requisitos, si aborta", dice Everingham. "Hay algunos ejemplos terribles en que las agencias realmente trataron a los sustitutos terriblemente en Ucrania si las cosas no han funcionado en beneficio de los padres".
Olga Bogomolets, doctora y diputada que preside el comité parlamentario de salud de Ucrania, dijo que creía que las mujeres jóvenes estaban siendo arrastradas a la maternidad subrogada "como resultado de la rápida caída de los niveles de vida" en el país. La economía fue golpeada por una profunda recesión en 2014 y 2015, en parte debido al conflicto en curso en el este de Ucrania entre los militares y los separatistas respaldados por Rusia.
La industria, dice la Sra. Bogomolets, no está suficientemente regulada y esta falta de supervisión puede poner en riesgo tanto a las madres sustitutas como a los padres que pagan.
El Ministerio de Salud de Ucrania no ha respondido a las solicitudes de comentarios.
¿Cómo funciona la subrogación en Ucrania?
- Disponible para parejas heterosexuales, casadas, capaces de demostrar que no pueden cargar un bebé ellos mismos por razones médicas
- Al menos uno de los padres debe tener un vínculo genético con el bebé; los donantes de óvulos son frecuentemente utilizados
- Los costos varían, pero varían de $ 30,000 a $ 45,000 en promedio
- Los padres que pagan están en el certificado de nacimiento ucraniano; el sustituto no tiene derecho legal a reclamar la custodia del bebé
- Se estima que alrededor de 500 subrogaciones pueden estar ocurriendo cada año, pero hay una falta de datos disponibles
- La subrogación comercial de este tipo es legal en los EE. UU., Georgia y Rusia. Kenia y Laos también son destinos pero no tienen leyes vigentes
Para Mark, que viajó con su esposa desde Irlanda a Ucrania para hacerse una maternidad de alquiler a finales de 2015, la elección de la agencia y la clínica fue crucial.
Su experiencia fue abrumadoramente positiva. Su hijo nació en 2016 después de la FIV usando su esperma y un óvulo donado, y dice que la atención médica era tan buena como en cualquier parte de Europa occidental.
Tuvieron una relación cálida con el sustituto de 32 años, a quien pagaron directamente, y su esposa fue invitada a la sala durante el parto.
"En ningún momento, desde la clínica o la maternidad, tuvimos la sensación de que [el sustituto] fue tratado como un ciudadano de segunda clase", dice Mark.
"Sabíamos por qué ella estaba haciendo esto", agrega. "Tenía una hija, quedó embarazada cuando tenía 15 años. Quería enviarla a la universidad y tener una oportunidad que nunca podría tener".
'Sientes que el bebé patea'
Para una pareja sentada en Londres, Dublín o Shanghai, la decisión de seguir adelante con la maternidad subrogada en Ucrania está llena de incertidumbre. Los padres confían en los foros en línea para descubrir qué clínicas tienen las mejores reputaciones y intercambian historias, buenas y malas, sobre sus experiencias.
Pero al menos se sabe que una clínica les paga a los padres disgustados "sumas significativas para escribir críticas entusiastas", dice el Sr. Everingham, lo que hace que sea aún más difícil para las personas saber en quién confiar.
El centro médico Ilaya en Kiev, desde todo punto de vista, no es el tipo de clínica que tendría que hacer eso. Dice que su "muy buena reputación" atrae a una lista de espera de sustitutos.
En una sala de espera en la reluciente instalación, dos mujeres del este del país hablan sobre sus embarazos.
Tetiana, una madre pelirroja con tres hijos, tiene 30 semanas de embarazo con un bebé para una pareja española.
"Sientes que el bebé patea y estás hablando con él", dice sobre la experiencia de cargar al hijo de otra persona. "Pero inconscientemente, te das cuenta de que no es tuyo".
Tetiana vive con su madre pero le ha ocultado el embarazo, diciendo que quería mudarse a Kiev para buscar trabajo.
Jana, que dio a luz hace dos meses, le informa a Tetiana que debe considerar la maternidad subrogada como un trabajo. Ella recuerda que la niña que llevaba se la llevaron casi inmediatamente después del nacimiento, mientras yacía agotada en su cama de hospital.
Ella admite que los sentimientos maternos persistieron, y pensó en el niño después de regresar a casa.
"Tendría que ser una persona fría para no sentir esto", dice.
"Pero cuando ves la alegría y la sonrisa de los padres biológicos, eso es todo. Te das cuenta de que todo está bien con el niño y que los padres están felices".
De vuelta en casa con su propia hija en el oeste de Ucrania, Ana también está pensando en su papel como sustituta.
Pronto, tomará un tren de siete horas a Kiev para un intento de transferencia de embriones para la nueva pareja japonesa.
Aunque puede ser una de las partes más difíciles del proceso, ella está de un humor optimista sobre lo que le espera. Ella espera poder usar el dinero para comprar su propio departamento.
Pero Ana también está orgullosa de lo que puede hacer por los padres que pagan.
"Cuando lloran y te agradecen, sientes cuánto has hecho por ellos", dice. "[Ellos] me dijeron que yo era la persona más importante en sus vidas".
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